Llega el verano y parece que lo último que queremos, es oír hablar de “dieta”. El verano es una época bonita y especial, momento en el que confluyen nuestras ganas de estar esbeltos y las ganas de estar en las terrazas, relajados, sin ánimos de cocinar.
Ambas cosas no son contradictorias si aprendemos a cuidarnos y a tomar buenas decisiones.
Te propongo que éste verano tomes la iniciativa de cambiar tus hábitos. Plantearte nuevos objetivos y darte la oportunidad de vivir esta bonita estación de manera diferente a como lo has hecho hasta ahora. Verás que puedes tener un verano genial, sintiéndote bien, ligero y sin las culpas que aparecen después de los excesos.
- Cuando salgas a tomar algo fuera, adelántate a la situación: toma algo saludable en casa antes de salir, no salgas con el estómago vacío. Serás capaz de elegir mejores opciones de comidas si no tienes tanta hambre y además comerás menos.
- Si vas a pedir algo de la carta, evita comer los aperitivos que te ponen en la mesa. Normalmente son cosas muy saladas, que te hacen beber más y te abren el apetito.
- Elige conscientemente tu comida. Intenta reducir las opciones de la carta: no elijas frituras, ni rebozados. Prefiere optar por platos más ligeros de verdura y pescado, cosas a la plancha o asadas.
- Olvídate de comidas muy elaboradas en las que desconozcas los ingredientes que contiene. Prefiere platos sencillos en los que identifiques claramente el alimento que comes. Deja de lado los rellenos, croquetas y empanados, suelen llevar ingredientes de mala calidad, muchos refinados y grasas trans.
- Si vas a tomarte más de una copa (vino o cerveza), procura entre media de ellas tomar una bebida sin alcohol, lo mejor: el agua, sino una casera o una bebida sin azúcar. Con ello das tiempo a tu cuerpo que metabolice el alcohol y no sobrecargue tu hígado.
- Intenta no comer el pan que te ponen en la mesa, ni picos, biscotes u otros similares.
- Evita los postres. Las cosas dulces aceleran y empeoran la digestión de los alimentos. Después de una comida es mejor dar tiempo al cuerpo a que haga una digestión correcta, una opción mejor, es tomarte una infusión después de comer.
- Come con lentitud, saborea y disfruta de los alimentos. Toma consciencia del camino que ha recorrido ese alimento hasta llegar a tu boca, sus componentes pasarán a formar parte de tu cuerpo, determinarán tu salud, tu estado de ánimo y tu energía.
Comer es un acto fisiológico, pero a la vez hedónico, simbólico, cultural y social.
Come para vivir y no vivas para comer. Come conscientemente y sin prisas, respira y relájate, disfruta de la compañía: no todo es comida; comparte tu alimento.
En Clínica Ilion estaremos encantados de enseñarte a comer mejor, a elaborar platos sencillos y saludables y a conocer tu cuerpo y sus necesidades nutricionales. Queremos cuidarte y enseñarte a que te cuides y consigas tu peso ideal, junto a un estado de salud óptimo, realizando para ello una dieta personalizada en base a tu grupo sanguíneo, tu edad, tu peso y tu vida deportiva.
¡TE ESPERO!
Artículo escrito por Jessica E. Koberstein
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